jueves, 8 de marzo de 2018


La toma de datos y el levantamiento de edificaciones existentes (I).

La toma de datos es la herramienta de al que nos valemos los Arquitectos para conocer la realidad construida existente y realizar la transcripción grafica de los componentes o partes de dicha realidad.
Por lo tanto, dentro del campo de la rehabilitación o la restauración, el levantamiento debe ser entendido no solo como recogida de datos metrológicos, sino de cualquier otro dato que pueda interesar para la precisa definición de la pieza arquitectónica.
Encontramos pues, varios factores que interesan para esta operación compleja de la representación de lo existente:
Por una parte, es una operación de lógica intelectual, puesto que incide en el conocimiento de la pieza.
 Por otra parte, es una operación que implica también una lógica operativa, en cuanto a los métodos y técnicas que vamos a utilizar para el levantamiento.
Y por último, una operación de lógica gráfica, que va a permitirnos la representación dibujada en sí misma.

Antonio da Sangallo il Giovane; tempio dei dioscuri.

¿Qué objetivos va a tener el levantamiento?
Básicamente, el objetivo principal va a ser el conocimiento científico y también crítico de la realidad construida.
No hay que perder de vista que esta documentación que pretendemos realizar va a servir de base para el desarrollo posterior del proyecto de Intervención. Desde unos documentos de levantamiento de estado actual bien realizados podremos generar planos de patologías que ubiquen los problemas constructivos del edificio, y posteriormente, asociar soluciones a esas patologías en los documentos de intervención, que podrán ser medidos y valorados de manera precisa.
Los “PRINCIPIOS PARA EL ANÁLISIS, CONSERVACIÓN Y RESTAURACIÓN DE LAS ESTRUCTURAS DEL PATRIMONIO ARQUITECTÓNICO (2003)” de Icomos, expresan en su punto 2.3. “La práctica de la conservación requiere un conocimiento exhaustivo de las características de la estructura y los materiales. Es fundamental disponer de información sobre la estructura en su estado original y en sus primeras etapas, las técnicas que se emplearon en la construcción, las alteraciones sufridas y sus efectos, los fenómenos que se han producido y, por último, sobre su estado actual”.

Juan de Villanueva: Secion de uno de los patios de la Alahambra.

 El conocimiento científico nos va a permitir transmitir y verificar la realidad del objeto. Pero también nos va a permitir interpretar el objeto y tomar posteriormente decisiones de proyecto acertadas.
En la práctica, el levantamiento se va a centrar en la representación de la realidad tal y como es, en el momento de su realización, sin hipótesis ni suposiciones, en sus dimensiones reales, sus técnicas constructivas y reflejando su estado de conservación y/o su degradación.
Se trataría por tanto, de realizar una instantánea global de la edificación, “congelando” el estado en el momento de la medición.
Por tanto, tendremos que reflejar en nuestra toma de datos múltiples elementos;
-Contexto geográfico. (Ubicación)
-Dimensiones
-Materiales
-Tipología estructural
-Técnicas constructivas
-Color
-Patologías.
La fase inicial (toma de datos)  Métrica/geométrica, puede realizarse de distintas maneras:
Levantamiento Directo: Las medidas se toman directamente sobre el edificio, utilizando aparatos de medida manuales.

Panteon de la Sacramental de San Isidro, Madrid.

Levantamiento indirecto: Las medidas se obtienen mediante aparatos fotográficos, tratando la fotografía a través de software específico (fotogrametría) o laser, o se realiza una combinación de ambos.
La diferencia fundamental reside en la precisión del levantamiento. Cuanto más complejo sea el edificio a levantar y más difícil el acceso, mayor será el margen de error del levantamiento manual, sobre todo en el plano vertical. Pero estos problemas merecerán en si una entrada aparte.
Una vez realizada la toma de datos manual, (trabajo de campo), se utiliza la información recogida para producir Eidotipos, esto es, croquis que reproducen en la fase inicial de manera aproximada dimensiones y proporciones de la pieza. En el caso del levantamiento fotogramétrico no se va a pasar por esta fase, puesto que todos los datos dimensionales se obtendrán a través de la fotografía, salvo las pocas medidas que necesitemos para escalar posteriormente el modelo fotogramétrico.

miércoles, 11 de diciembre de 2013

Los planos de patologías.

Una vez documentado el edificio lo más exactamente posible, se hace necesario realizar una documentación que recoja todas las patologías detectadas, describiéndolas por tipos, especificando claramente su posición y el área que ocupan o el número de unidades que hemos hallado.
Esto, que en Italiano se denomina “mappatura dei degradi”, (literalmente “planos de las degradaciones”), podríamos traducirlo libremente como “planos de patologías”.
Estos documentos tienen una triple finalidad; 1) hacer comprensible, de una manera clara a la persona o personas que van a intervenir en el proceso de rehabilitación el tipo, posición y alcance de cada uno de los problemas hallados. 2) Facilitar la elección de las soluciones de rehabilitación adecuadas a cada patología, y 3) Realizar una valoración económica lo más detallada posible de esos procesos.
Debemos tener en cuenta que la información que hay que aportar en algunos casos es tan extensa (y en muchos casos, superpuesta en estratos), que en aras de la claridad, a veces habrá que duplicar documentos.
En efecto, vamos a partir siempre de nuestros documentos de estado actual (plantas, secciones y alzados), a los cuales se superpondrán los sucesivos códigos que van a indicar cada una de las patologías.
Si pensamos por ejemplo en una fachada, podemos tener distintos problemas que afecten a su superficie; fisuras del revestimiento, desprendimientos de morteros, ensuciamientos por contaminación, colonias de líquenes, grafittis, desprendimiento de decoración aplicada… todos estos problemas, evidentemente no suelen  ser generales en toda la superficie, sino que ocuparan distintas áreas, en muchos casos superpuestas, como se ve en la imagen:


Además, puede haber otros problemas que afecten, no a la superficie, sino al espesor del muro; degradación de morteros, grietas, humedades….., por lo tanto, habrá que proceder de manera sistemática a la localización y ubicación de cada patología, en algún caso, agrupándolas por “familias”, para hacer más clara su comprensión.
En cuanto a la manera de codificar esta información, no se ha establecido a nivel nacional, (y parece difícil de tipificar), ningún código de color o grafismo para cada problema, por lo que debemos utilizar códigos propios, siempre referenciándolos a un cuadro o leyenda.
En Italia, el grafismo standard utilizado es el de “Raccomandazioni NorMal 1/88”, a efectos del material lapídeo.
Esto último es fundamental, puesto que en muchos casos, el grafismo solamente no da la suficiente información sobre el problema y sus causas, y por lo tanto, tendremos que dar una información escrita complementaria, que transformara nuestros dibujos en “planos parlantes”.

Es a principios del siglo XIX, cuando se desarrolla la capacidad gráfica y de representación suficiente como para representar de manera realista  y veraz el estado real de los edificios, aunque muy habitualmente, lo que vemos aun hoy en día son representaciones graficas del “antes” y el “después” de la operación de rehabilitación o restauración, sin ninguna referencia a pasos intermedios.
Sin embargo es la obligación de documentar todas las fases del proceso de restauración a fin de que este sea reversible, el que da inicio a la aparición de estas representaciones graficas de las patologías, que mezclan los conocimientos técnicos (física, química, biología), a los gráficos.
En general, la escala de estas representaciones no debería ser inferior a 1: 50, salvo en casos específicos.
En el ámbito del software, se ha desarrollado en Italia el programa SICaR, específicamente diseñado para elaborar toda la documentación del proyecto, permitiendo incluir los datos geométricos, georeferenciacion, documentos, textos, ficheros alfanuméricos…


Este es un ejemplo de la pantalla de el programa.

Se puede tener información del sistema en el siguiente enlace:

lunes, 24 de septiembre de 2012


A modo de introducción.

Siendo este Blog un medio de expresión de acceso público, me parece conveniente, para iniciar su andadura, explicar los motivos que me han inducido a crearlo, y que interés podría tener su lectura.
Incluso antes de empezar mis estudios como Arquitecto, me interesaban los temas relacionados con lo que usualmente se denominan “edificios históricos” o “construcciones singulares”. Y ese fue uno de los motivos que me impulso a empezar en esta profesión. Me sorprendió, sin embargo, el poco interés, que durante la carrera suscitaba toda arquitectura que no fuese contemporánea, salvo en asignaturas especificas. Esta falta de interés, que se podría atribuir a la falta de diversificación en los planes de estudio en aquella época, sin embargo, la he visto reflejada a posteriori en muchas ocasiones en mi relación con otros colegas Arquitectos, algunos de los cuales ya eran de planes mas recientes, y por lo tanto, habían tenido oportunidad de elegir asignaturas especificas y relacionadas con estos temas.
 Frases como: ….. “esto no tiene ningún valor”, “no merece la pena conservarlo” o incluso, “con todos los edificios viejos, lo mejor que se puede hacer es demolerlos” (esta última escuchada recientemente a un compañero con más de 40 años de profesión, y perito, por añadidura), reflejan una actitud que no solo ignora el valor de la arquitectura antigua como patrimonio, sino que además suponen de entrada una falta de actitud analítica que impide extraer cualquier enseñanza enriquecedora de la experiencia realizada ya en épocas pasadas y que puede beneficiar a cualquier profesional de la arquitectura en la realización de sus propios proyectos.
A esta situación anterior podría unir otra que me ha llamado especialmente la atención muchas veces. En las ocasiones en las que he asistido a cursos o conferencias relacionados con la rehabilitación o restauración del patrimonio, casi siempre me he encontrado frente a una serie de arquitectos o empresas, que, en la mayoría de los casos, si que habían realizado proyectos y obras de gran envergadura. Sin embargo, a la hora de realizar su exposición, únicamente se centraban en el mal estado inicial del edificio, y lo estupendamente que había quedado al final.
Pero….. ¿Que sucede entre el principio y el final? ¿Como se realizaron estos (aparentemente magníficos), procesos de rehabilitación?¿Como, donde y mediante que sistemas se documento el estado inicial?¿Porqué, y en base a qué criterios, se demuelen partes de estos edificios y se respetan otras?. ¿Cómo se estabiliza el edificio mientras se interviene?. Estas y más preguntas me han venido sistemáticamente a la cabeza durante estas exposiciones, que (no hay que olvidarlo), estaban planteadas para profesionales de la Arquitectura. Aparentemente, estas y otras cuestiones quedan envueltas en un halo de misterio, incluso para los mismos profesionales que las realizan.
En cuanto a las publicaciones, desde luego, pocas revistas hay en el campo de la Arquitectura que no dediquen artículos a edificios que han sufrido procesos de restauración o rehabilitación, donde se nos muestran unas espectaculares fotografías del resultado final de la operación y muy poco mas.
Todo este desinterés por la crítica, los procesos y el trabajo especifico del Arquitecto restaurador o rehabilitador se percibe en muchas ocasiones, en un gran número de edificios que en la pasada década de bonanza económica, han sido objeto de intervenciones por parte de privados y administraciones públicas, que han encargado estas intervenciones, en muchos casos, a profesionales sin ninguna preparación específica, con los resultados previsibles.
Las intervenciones denominadas de “rehabilitación”, en muchos casos, no son más que demoliciones casi totales de lo existente, dejando únicamente una “mascara” (generalmente la fachada), que justifica la actuación. Con una actitud que denota una falta de metodología y conocimientos notable, se interviene muchas veces en contenedores antiguos que no pueden aceptar los programas que se pretenden introducir en ellos y acaban convirtiéndose en alardes estructurales y tecnológicos sin sentido.
Una pregunta frecuente al inicio de los cursos de rehabilitación que he podido impartir, es precisamente, que distinguiría un proceso de rehabilitación correcto de uno de estos procesos sin sentido. Para aclarar el termino podríamos, inicialmente consultar su significado en el Diccionario de la Real Academia Española, que lo define así: ……Med. Conjunto de métodos que tiene por finalidad la recuperación de una actividad o función perdida o disminuida por traumatismo o enfermedad.
Por lo tanto, cuando rehabilitamos, hablamos de recuperación de una actividad o función, pero no de la creación de una nueva. Parece interesante utilizar aquí, como lo haremos en repetidas ocasiones, un símil medico, puesto que cuando se rehabilita una función perdida del ser humano, es habitual el uso de metodologías y técnicas que estén en proporción con dicha perdida; a nadie se le ocurre que, por ejemplo, para recuperar el movimiento de una extremidad afectada por una artrosis en un codo o articulación, debamos amputarla totalmente y reponerla ex novo. Además, las modernas técnicas médicas tienden a ser cada vez menos invasivas, basándose en una combinación de completos estudios previos e intervenciones mínimas. Sin embargo, son las técnicas de carácter más destructivo las que vemos utilizar, sin muchos escrúpulos, en la rehabilitación arquitectónica.


Prótesis para pierna. Dix LIvres de la Chirurgie, Ambroise Paré, 1564.
Un ejemplo bastante grafico que suelo poner a mis alumnos es el siguiente: Tengo una abuela, a la que quiero mucho. Representa para mí una serie de valores, además de la referencia de mi origen familiar. Mi abuela, debido a su avanzada edad, tiene algunos achaques; le falla una cadera, es corta de vista, no oye muy bien, ha perdido algo de pelo…..Para solucionar estos problemas se me ocurre llevarla a un especialista. Al cabo de cierto tiempo, me devuelve a mi abuela; pero, tras observarla unos minutos, me doy cuenta que algo falla, y vuelvo al especialista. ¿Pero que ha hecho?, le pregunto. “Pues vera…le hemos cambiado el sistema nervioso y el digestivo, incorporando unos sistemas electrónicos avanzadísimos; además hemos reforzado los músculos con elementos de última tecnología y hemos sustituido el cerebro por un microprocesador de última generación…”; “como vera, es capaz de levantar 100 kilos, correr los 100 metros en 7 segundos y oír el vuelo de una mosca a 500 metros”. ¿Es eso lo que queríamos?. ¿Realmente queremos transformar nuestro patrimonio arquitectónico en una arquitectura epidérmica, sin ninguna relación con el pasado?.
Hoy, cuando la crisis económica es una realidad palpable y la obra nueva se ha convertido en “rara avis”, una de las propuestas iniciales de los Colegios profesionales y Administraciones Publicas, ha sido que el trabajo de los arquitectos se centrara en la rehabilitación. En casi ningún caso se ha hablado de una preparación específica.
 Si nos fijamos en un caso próximo como Italia, podemos ver que en este país que tiene una superficie de unos 300.000 km2 y una población de 60,8 millones de habitantes, (frente a 47 millones de habitantes y 504.000 km2 de España), los procesos de nueva construcción son escasos, frente a los de rehabilitación, que son intensos y continuos y llevan desarrollándose ya largo tiempo. Sin embargo, y contrariamente al caso Español, existe un sustrato adecuado en lo que se refiere a la preparación profesional y a la de las empresas; y no me refiero solamente a los Arquitectos, sino a toda una serie de artesanos y especialistas que pueden llegar a formar parte de un equipo multidisciplinar para acometer este tipo de obras con la debida preparación.
Por lo tanto, si efectivamente el futuro de la profesión de Arquitecto en España va a pasar en gran parte por la rehabilitación y la intervención en contenedores preexistente, no estará de más (y ese es el principal motor de este Blog), intentar conocer, compartir y discutir todos los aspectos relacionados con la intervención en el patrimonio (y no solo en el antiguo) y las últimas técnicas utilizadas en el mismo.
Y si algo no te parece bien, o lo disimula piadoso o lo enmienda docto, que errar es de hombres y ser herrado de bestias o esclavos […] y al fin, si te agradare el discurso, tú te holgaras, y si no, poco importa, que  a mí de tí ni dél se me da nada”….Quevedo, prologo al “Buscón”, 1626.